viernes, 25 de septiembre de 2009

Perdidos


Un caballero conduce con su coche por las afueras de una gran ciudad. Al darse cuenta que se había perdido decide detener su vehículo para consultar a algún viandante su localización.

"Disculpe caballero, me encuentro perdido, ¿Sería usted tan amable de indicarme como puedo ir hacia el centro. Tengo una cita y ya llego media hora tarde"

Viandante: Como no. Faltaría más. Se encuentra usted a 8 kilómetros y 450 metros del centro de la ciudad. Concretamente en las coordenadas geográficas 40 grados 35 minutos Norte y 3 grados 45 minutos Oeste. El tiempo estimado en llegar al centro de la ciudad a esta hora del día es de 15 a 18 minutos.

El conductor, anonadado por la exactitud de la respuesta, pregunta: "¿Por casualidad no será usted militar?"

Viandante: "¡Sí! ¿Cómo lo ha sabido?"
Conductor: Básicamente por que su respuesta ha sido técnicamente exacta, pero prácticamente inútil.

Viandante: "Y usted... ¿No será Socialista?"

Conductor: "¡Sí! ¿Cómo lo ha sabido?"

Viandante: Básicamente, por que se encuentra usted perdido y no es capaz de cumplir su promesa y de cumplirla, lo hará tarde.


Fuente: Luis del Olmo.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Erotismo...

En 1962 Ursulla Andress sacudió la líbido masculina al aparecer con un diminuto bikini blanco saliendo del agua, en la primera película de la saga Bond, Doctor No.



Cuarenta y siete años más tarde, María Teresa Fdez de la Vega, la vice, compañera de promoción de Nefertiti nos regala otra sugerente imagen junto a las olas.


Nota: La siguiente imagen puede herir gravemente sus sentimientos.






PD: Copiado íntegramente del blog de Natalia Pastor

martes, 1 de septiembre de 2009

Amores de Cine


Vengo a relataros una breve pero intensa historia de amor que escuché hace unos días en alguna de las radios madrileñas:

Mirándome en el espejo, puedo verme a mi misma con 40 años menos. Puedo, por suerte, recordar muchas cosas vividas. Unas buenas, y otras no tanto. Pero, si he de recordar un momento hermoso, es el día en que me enamoré de José. Era el año 71, yo era una niña de 17 años. Recuerdo bien aquella tarde de domingo, hacía un frío helador en Barcelona, y no paraba de preguntarme qué hacía yo con aquel chico delgaducho, que ni siquiera era de “buena familia”.

Después de un café no muy bueno, y una conversación banal, fuimos al cine a ver “Españolas en París”, todo un éxito de la época, pero que a mi no me gustó demasiado. Salimos del cine y José se quitó aquella chaqueta que aún olía a barniz y la puso sobre mi espalda. En ese preciso instante me regaló la caricia más tierna, cálida y sincera que una mujer puede desear.

Nos casamos y tuvimos 2 hijos. En cada aniversario íbamos a ese mismo cine a ver cualquier película romántica que dieran. Cuarenta años después, mi marido fallece a causa de un cáncer de huesos. Lo último que pidió fue que le llevara por última vez a aquel cine en el que empezó todo. Hoy han terminado de demoler ese cine, que era parte de mi vida. Hoy, se hacen vivos los recuerdos, aquella película no era tan mala, y el olor del barniz se vuelve el mejor de los aromas.